domingo, 3 de julio de 2016

Nuestro informe sobre la construcción del Género en las Infancias, con aportes de Márquez González, Steinberg y Kincheloe

Al entrar en el campo de la educación inicial, podemos decir que como futuras docentes una de las cuestiones que están muy presentes en las salas de nivel inicial es la cuestión de género. El separar niños y niñas, hacer esa división que no siempre es buena, y esto se puede ver en los rincones de juegos en las salas. Estos sectores son, por lo general, “la casita” y “rincón de construcción”, en donde los niños ya saben dónde “deben ir”, pero en el caso de que un niño quiera entrar a la casa, muchas veces no lo dejan. Eso se debe a que ya hay un imaginario o representación de cómo se debe jugar y con qué juguetes hacerlo, hay juguetes que son “de varón” y otros “de nenas”.
Como futuras docentes de educación inicial, debemos comenzar a romper con estos estereotipos que traen los niños, desde sus casas o, inclusive, muchas veces desde la misma escuela, que los fomenta. Hay que terminar con esa  diferenciación de género que condiciona a los niños, desde muy pequeños.
Los juguetes ni los juegos tienen género, todos tenemos el derecho a jugar a lo que queramos, no hay prácticas que solo sean para mujer y solo para hombre. Pero esto sucede porque la perspectiva de género está muy arraizada en todos los sujetos, y como afirma Claudia González (2007):
“Tienen su origen en una construcción social que alude a aspectos sociales, culturales y psicológicos asignado de manera diferenciada a mujeres y hombres, de esta forma, se adquieren y desarrollan ciertas pautas de comportamiento y atributos que hacen posible la feminidad y la masculinidad, lo que se traduce  en los llamados roles de género”
Así es, como el género se vuelve factor, también, de la construcción social de la infancia y de la cultura infantil, la cual continúa promoviendo roles de género perfilados. Como dicen Kincheloe y Steimberg, “los  chicos  habitualmente  se  identifican  con  sus juguetes,  mientras  que  las  niñas  cuidan  los  suyos,  espectadoras  en  adoración  perpetua de  sus  muñecas  en  los  anuncios  de  niñas” (2000: 20) Y esto nos lleva, claramente, al mercado que se les ofrece a los niños hoy en día, entre ellos está “el maravilloso mundo de Disney” que presenta el rol de la mujer subordinada y el hombre como el jefe, como aquel que manda y tiene la voz.
Tanto en estas películas, como en toda manifestación de la cultura infantil ponen al descubierto lo que llaman, Linda Christian Smith y Jean Eroman, masculinidad hegemónica. Kincheloe y Steimbergnos expresan que “esta forma patriarcal tiene serias implicaciones para las mujeres, pero distorsiona el desarrollo masculino también” (2000: 21). Aquí, la cultura infantil estimula, a través del curriuculum, a los niños a asumir roles que son patriarcales y que supuestamente le dan el derecho  de disfrutar de ese privilegio, por haber nacido  varones, de subordinar.
Se trata de reflexionar sobre estas cuestiones de roles que pueden verse claramente en las respuestas de los niños a preguntas como cuáles son juguetes para niños y cuáles para niñas, si los niños pueden jugar con muñecas y las niñas con pelotas y autos. Además, muchos llevan consigo ideas sobre qué debe hacer una mujer, madre y qué un hombre, padre. El tema de los colores como el rosa y el azul también son tomados fuertemente por los niños. Estas y otras pautas de comportamiento que la sociedad impone, son interiorizadas por los niños y tal vez, ellos mismos no entienden porque dicen lo que dicen.

Se trata también de observar, pensar y re pensar sobre los juguetes y materiales que se les brindan a los niños, analizándolos, como plantea Márquez González, para comprender qué se le está ofreciendo a los niños en estos contextos y resignificar el rol del género. No hay que olvidar que acompañar estos procesos de construcción de subjetividad de los niños a través de materiales y juguetes adecuados, intentando que no reproduzcan representaciones y sus consecuencias, es tarea y responsabilidad de los adultos, y se convierte en algo sumamente importante.

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